
Revisando las últimas entradas de This Isn`t Happiness (uno de mis Tumblrs favoritos, y no el único de Mr Peteski) me encontré con una en concreto (de entre tantas…) que me movió a hacer click en ella, para encontrar la fuente de la que salía una verdad tan verdadera:
Normalmente no nos suele gustar este rollo tan paternalista-cristiano (llámalo como quieras, en función del dogma imperante en la cultura bajo la que te educasen) de “¡Oh! ¡Perdonadme porque he pecado!”: nosotros somos más bien de “anda, y que me quiten lo bailao”, pero ¡qué coño!
Aún si sólo has trabajado un día en publicidad, diseño y alrededores, sabes que la vida de un creativo es, ni más ni menos, poner todo tu tiempo y neuronas al estrés de lograr, a la voz de “¡Lo quiero YA!”, ideas y estrategias gráficas de éxito para gente que muchas veces no sabe del todo lo que (objetivamente) necesita para vender su catálogo de productos y servicios, que pueden ser cualquier cosa (… “cualquier cosa” es cualquier cosa). ¡Y hasta aquí puedo leer! (;
Porque el resto se explica por sí solo en el confesionario para creativos que, dios sabe quién, alguien ha montado en Internet para que no pocos laven ese trocito (o gigantesca península) en su alma que está sucia de plagios, drogas, pereza en horas de trabajo o sexo ligado a juegos de poder.
Así que ya sabes: si te dedicas a estos menesteres y necesitas liberarte y confesar algo que haría al cura de tu barrio mandarte donde tú ya sabes, no te lo guardes. Deja que la comunidad te juzgue, y santas pascuas (;